Poesías de Mario Eduardo Menéndez

Mario Eduardo Menéndez, paranaense, nacido el 12 de septiembre de 1957, desaparecido en Rosario el 10 de septiembre de 1977

 

Fecha: 27/05/77

Cómo no decirte tantas cosas

si callarlas significa negarlas

si el dolor es el constante fuego

que quema nuestras etapas de lucha

Cómo no decirte todo esto que somos;

que la esperanza no es el hábito burguésde las cosas sin sentido,

y que esa esperanza en nosotros

es la expresión renovable del deseo de justicia

Cómo no decirte lo injusto que soy

al ceder muchas veces ante mi dolor personal

y olvidarme que mi vida es la entrega

al sufrimiento de todo un pueblo encarcelado

Cómo no decirte que tu prisión es tan solo

el rostro descarnado de una verdad

el símbolo prematuro de quienes dan el primer paso

la primera trinchera, de quienes no se resignan.

Cómo no decirte que el hecho de amarte

me da el derecho a sentirme golpeado

por todo lo que viviste, por no ser cobarde,

pero que no me haces olvidar muchas otras cosas

por ejemplo, la asquerosa violación

a la prostituta transformada en mercenaria

de todos los que como “ellos” tienen como única ley

la de satisfacer sus podridos instintos.

Tampoco me olvido que el hombre

es muchas veces peor que una picana

porque lacera más hondo y duele aún más

cuando se sabe que se nos niega lo que es nuestro. 

Cómo no decirte que dudar dónde está la verdad

es la expresión de la cobardía

y que la mayoría de las veces, a la larga,

es saltar ese gran abismo que nos separa

de quienes están del otro lado: nuestros enemigos.

Cómo no decirte que nuestro deber es ahondar cada vez más ese

 abismo

y alejarnos de él para sentirnos más cercade la intimidad de

nuestro terreno: nuestro pueblo.

Cómo no decirte que mi primer amor es la lucha por ese pueblo

 oprimido

y mi segundo amor es también un ansia de lucha:

La de sentirte cada vez más cerca, compañera.

¡Cuántas cosas hemos compartido

y todas juntas se reviven cuando se está ausente!

y hacen desaparecer esa ausencia para convertirla

en recuerdos que nos permiten sintetizar

 para volver a experimentar.

Estas frases podrían ir dedicadas a muchas personas

que formaron un pedazo de mi pasado

pero te he elegido a vos, porque juntos sentimos

todas nuestras experiencias con objetividad.

Depuración, colador o prueba ¡esas son las palabras!

Con que defino no tan solo nuestra experiencia y sus recuerdos

sino al método por el cual se pasa de la etapa “rosa” de la lucha

a la otra, a la más difícil, en la que no se admiten dudas.

Bastaría nombrarte cosas para que te des cuenta:

el café o el mate de los recuerdos, de las creaciones,

de las alegrías, de las tristezas, o de las reuniones “combativas”

el folklore de las peñas, de los discos “buenos”,

de las noches de vino compartido, y muchas otras.

Pero…¿Pensamos alguna vez que lo que el pueblo nos exigía

era mucho más?¿Pensamos acaso que para llamarnos vanguardia

no bastaba ir adelante solamente,

sino ir exactamente más oprimidos que los que venían detrás?

Pero era lógico; todavía teníamos encima los gustos,las

costumbres

y hasta el compromiso de nuestra proveniencia.

Pero … ¿y ahora? No somos sinceramente más coherentes

¿no es mas verdadero todo? 

¡No me negarás que sentir en carne propia

lo que otros hace siglos sienten,

no nos hace asumir más auténticos!

Después de nuestra última experiencia ¿No pensás igual que yo?

¿No pensás que el traidor de hoy es el que no supo

pasar ese colador, mediante la fortaleza que da dejar de lado

la alineación de los momentos lindos,

para cambiarla por la valentía y el orgullo

de no dar la espalda al pueblo?

Te aseguro que me siento mas cerca de mi ideal

aunque esto me implique jugarme mas a menudo por él

y aunque un día me exija mucho más que todo esto,

hasta la vida; pero en ningún momento quiero ser

un triste recuerdo cuando llegue esa realidad,

sino un libro con su principio, sus hojas completas y su fin,

al que aunque sea unos pocos se dignen leerlo,

para no volver a vivir experiencias ya sintetizadas;

para seguir el camino hacia la Victoria Final.

Días nuevos, días con ansia de creación,

días en donde el esfuerzo por superarnos

sea el ideal cotidiano.

Pienso, y me doy cuenta de las miles de cosas que me faltan

aprender.

Y me avergüenzo de pensar en la muerte.

(Mario Menéndez-27-5-1977, lo escribió cuando su compañera María Luz Piérola estaba detenida en la Unidad Penal N° 6 de Paraná, Entre Ríos)

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